He de confesarte una cosa.

No soporto las estructuras fijas en todo el mundillo del emprendimiento, ni los mandatos ni los deberías sin conocer a la persona.

Hay quien dice que no deberías hablar de ti mismo y que el ego se tiene que borrar.

Pero yo soy yo. Yo no soy el vecino de al lado, y si me preguntan mi opinión te voy a contar mi opinión y no la del vecino de al lado.

Naturelicemos hablar desde la primera persona del singular, ya que eso es lo natural y lo coherente.

También es posible que te digan que a nadie le importa tu vida, pero sí tiene que importar la coherencia.

Mi nombre completo es Eduardo García de Marina Maroto, un nombre largo donde los haya.

Nací en Ciudad Real el 14 de abril de 1994.

Hasta los 18 o 19 años mi arquetipo era el de alguien anodino, tímido, apocado… que quería pasar desapercibido. Después lo seguía siendo, aunque un poco menos.

Siempre he tenido de tanto en tanto, no obstante, explosiones de extroversión y locura, que como erupciones volcánicas, arañaban la superficie de la vida.

Si Freud o Carl Gustav Jung me analizaran, probablemente se darían cuenta de cosas impactantes que tuvieron lugar en la infancia.

Es broma. No es para tanto, y tampoco quiero entrar en detalles personales. Es mejor que trabaje tu imaginación.

Después de los 19 años me volví un poco más expansivo. Concretamente la poesía me inspiró a salir de mí mismo, a conocer a gente.

He ejercido como profesor de español, como actor y animador sociocultural. También tuve una época relacionada con la labor comercial justo antes del covid. Todos estos trabajos me han entrenado en la comunicación, tanto a un nivel oral como escrito, haciéndome más resiliente y con mejor autoestima.

Puedes ver diferentes trabajos de actuación y poesía escénica aquí:

Lo que ocurre es que tampoco soy fácilmente clasificable. No me considero simplemente un artista. Soy un poco friqui en verdad. Soy un portador de la palabra, como si estuviera en una misión ancestral.

O tal vez tampoco es para tanto. Simplemente me gusta fantasear de vez en cuando.

Durante mucho tiempo he estado recluído en mí mismo por miedo a que me vean de verdad. La mirada ajena me parecía de pequeño más dañina que otra cosa.

Ahora quiero ayudar a la gente a salir de su cárcel mental y emocional,

A que compartan sus ideas al mundo.

A que vivan con verdad.

A que pierdan la vergüenza.

A que sean ellos mismos.

A que ganen dinero sin culpa.

A que hagan cosas.

A que vivan en líneas generales.

Y por supuesto los errores seguirán estando, la imperfección y la humanidad. Pero no se ocultarán esta vez.